30.3.09

ΜΑΔΡΙΤΗ. ΕΠΙΣΤΡΟΦΗ ΣΤΗ ΖΩΗ

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Vuelta a la vida
Matadero, Madrid
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In 2007, the Global Fund to Fight AIDS, Tuberculosis and Malaria initiated a joint project with Magnum Photos to graphically document the positive impact that free antiretroviral drug treatment is having on the lives of millions of AIDS patients around the world. The AIDS pandemic is the greatest public health challenge the world has ever faced. It has had a particularly devastating impact in many parts of the world where access to even basic health care is limited. Internationally, the story of AIDS’ toll on communities is better known than the efforts financed by organizations like the Global Fund. Through carefully-monitored grants, the Global Fund supports treatment for millions of AIDS patients, individuals who would face certain death if antiretroviral drugs were not made available for free. Access to Life is an artistic and educational response to the lifesaving success of this effort.
To document its efforts, the Global Fund turned to photographic cooperative Magnum Photos in order to utilize the talents of the some of the best photographers in the world. An international team of eight noted photographers traveled to nine countries to document the transformative effects of treatment on more than thirty individuals and their families. The photographic team included Americans Jim Goldberg, Eli Reed and Steve McCurry; Canadian Larry Towell,; Norwegian Jonas Bendiksen; Italians Paolo Pellegrin and Alex Majoli; and Frenchman Gilles Peress. In India, Haiti, Mali, Peru, Russia, Rwanda, South Africa, Swaziland and Vietnam, the photographers created visual chronicles that encompassed their subjects’ lives both before and after drug treatments. The resulting exhibition, curated by William Horrigan, director of media arts at the Wexner Center for the Arts, Ohio State University, is a powerful document of the strong spirit of each patient, of the life-changing impact of the drugs and of the crucial benefit of international funding.
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2 σχόλια:

erva_cidreira είπε...

Durante 25 años, el SIDA ha devastado las vidas y el sustento de millones de personas. Desde comienzos de la década del ‘80, casi 30 millones de personas han muerto a causa del SIDA. Pero en los últimos años una revolución global silenciosa ha permitido que millones de personas infectadas con VIH lleven vidas saludables.
A comienzos de la década del ‘90, cuando surgieron las drogas antirretrovirales, el SIDA se transformó de una sentencia de muerte segura a una enfermedad crónica manejable… pero sólo para algunos. El costo de los medicamentos y de su distribución impidió que un 95 por ciento de aquéllos que vivían con SIDA tuvieran acceso a ellos. La indignación internacional ante el hecho de que millones murieran por una disparidad económica contribuyó a reducir el precio de estos medicamentos y a crear, en el año 2002, el Fondo Mundial de lucha contra el SIDA, la tuberculosis y la malaria. A través del Fondo Mundial y del Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del SIDA (U.S. President’s Emergency Plan for AIDS Relief — PEPFAR), se inició a nivel mundial una inversión masiva de tratamientos antirretrovirales que se extendió a más de 100 países en vías de desarrollo. Médicos y trabajadores de atención de la salud en todo el mundo han adaptado procedimientos complicados en localidades donde a menudo no había acceso al cuidado más básico. De esta manera se están salvando millones de vidas que de otra manera se hubieran perdido. Asimismo, la prestación de tratamiento se está convirtiendo en parte central de los esfuerzos para prevenir la enfermedad en el futuro.
En Vuelta a la Vida, ocho fotógrafos de Magnum retrataron a personas de nueve países de todo el mundo antes y cuatro meses después de iniciar el tratamiento antirretroviral para el SIDA. Aquí encontramos las caras, las voces y las historias que representan a aquellos millones de personas que de otra manera hubieran muerto sin el acceso a los antirretrovirales gratuitos que les permiten vivir con SIDA, trabajar, cuidar a sus hijos, y sentir las alegrías y luchas que trae la vida. Pero también hay historias de aquéllos para quienes el tratamiento llegó demasiado tarde o cuyas vidas llegaron a su fin por la tuberculosis u otras enfermedades; lo cual demuestra que la lucha para dar acceso al tratamiento del SIDA es difícil, a menudo llena de reveses tanto como de éxitos.
En la actualidad, tres millones de personas alrededor del mundo están vivas gracias al tratamiento antirretroviral contra el SIDA, en comparación con las 350.000 de cinco años atrás. Hacia el 2010, es probable que más de cinco millones de personas tengan acceso a estos medicamentos. Sin embargo, falta mucho antes de que las personas con VIH que necesitan estos medicamentos que salvan vidas tengan acceso a ellos. Hoy, la necesidad asciende a 10 millones de personas, pero el número continuará en aumento hasta que podamos contener la propagación de nuevas infecciones de VIH.
Existen otros desafíos. Aún cuando las personas infectadas tengan acceso al tratamiento antirretroviral y sus sistemas inmunológicos empiecen a recuperarse, las infecciones y enfermedades que ya han contraído debido al VIH pueden terminar con sus vidas. La tuberculosis continúa siendo la causa principal de muerte entre las personas que viven con VIH/SIDA, y la hepatitis, las enfermedades del hígado y el cáncer relacionado con el VIH también han causado estragos. Sin embargo, en términos generales, el tratamiento ARV tiene éxito: después de dos años de tratamiento, ocho de cada diez personas que lo iniciaron continúan con vida.
El tratamiento antirretroviral gratuito salva millones de vidas y esa razón, por sí sola, es suficiente para que se continúe ampliando su acceso. Sin embargo, hoy, el desafío principal en la lucha contra el SIDA es la prevención de nuevas infecciones del VIH. A escala mundial, hay 2,5 personas infectadas con el VIH y sólo una comienza su tratamiento. Para ganar la lucha, debemos darle un giro a esas cifras. El tratamiento antirretroviral hace que se pase de una sentencia de muerte segura a una mera enfermedad crónica. Al lograrlo, van disminuyendo el miedo y el estigma, un mayor número de personas se animará a hacerse la prueba de VIH, y será más fácil hablar abiertamente sobre cómo se propaga y cómo protegerse contra la infección.
El éxito en la implementación del tratamiento antirretroviral, contra todo pronóstico negativo, nos inspira a hacer aún más. Las historias aquí representadas, son tan sólo una pequeña muestra de los millones de personas a quienes se les dio la oportunidad de reconstruir sus vidas, z ofrecen un panorama de lo que el mundo ha logrado contra el mayor desafío a la salud pública que enfrentamos hasta la fecha.

erva_cidreira είπε...

Vuelta a la vida... con VIH

Una exposición fotográfica muestra la reacción -no siempre exitosa- de los enfermos al tratamiento antirretroviral en nueve países asolados por el sida

IRENE BENITO - El País, 28/03/2009

Muchos se han salvado, pero muchos también han muerto. Hasta 2002, el tratamiento antirretroviral, la terapia que permite vivir a los infectados por el virus del VIH, era un avance científico de lujo, prohibido para el 95% de los enfermos. Desde entonces, la acción del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria en los países más pobres del mundo (los más golpeados por estas enfermedades) disminuye la distancia económica que separa a los enfermos de las drogas que les alivian. Cada mes, alrededor de 100.000 infectados reciben el tratamiento antirretroviral, según especificó Elen Evans, directora ejecutiva del Fondo, en la inauguración de la muestra fotográfica Vuelta a la vida . "Quisimos documentar los cambios de los enfermos y que ese registro sea un retrato fiel de una historia que no es color de rosa", ha explicado Evans este viernes en el Matadero .

Ni rosa ni negra, la lucha contra el VIH es una historia de colores estridentes, de grises y matices, de acuerdo con la visión de los ocho miembros de la agencia parisina Magnum Photos que entre 2007 y el año pasado fotografiaron a los enfermos antes de comenzar la terapia y cuatro meses después de ella. La muestra, que permanecerá en Madrid hasta el 26 de abril (la entrada es libre), reúne los trabajos de Jonas Bendiksen, Jim Golberg, Alex Majoli, Steve McCurry, Paolo Pellegrin, Gilles Peress, Eli Reed y Larry Towell. Abundantes textos explicativos sobre el contexto socioeconómico y la situación personal de los enfermos, y nueve vídeos de la serie Magnum in motion completan la exposición que desde anoche exhiben los paneles del Matadero.

Vuelta a la vida ha llenado de rostros doloridos y sitios geográficamente perdidos la antigua nave devenida en centro de arte contemporáneo madrileño. El vistazo a la lucha contra el VIH comienza con el mosaico de imágenes del italiano Pellegrin. En Mali, donde hay 130.000 enfermos, el fotógrafo comprobó en carne propia el estigma que implica el virus, al constatar que muchos portadores se negaban a posar en espacios abiertos. En esa república del oeste de África, el desafío del sida se agrava por la tradición de matrimonios polígamos.

Lucha contra la crisis

Bendiksen trabajó en Haití, el país americano con mayor número de seropositivos. En su planteamiento sobresalen dos series de retratos de pequeño formato que revelan la evolución favorable de una mujer y el retroceso de un hombre. Al frente de Bendiksen, Reed da a conocer cómo en Perú el VIH hace estragos entre los hombres homosexuales, los travestis y los trabajadores del sexo. Majoli refleja la realidad de Rusia, donde hay 940.000 portadores del virus. A partir de esa experiencia, el fotógrafo concluyó que la terapia antirretroviral aborda solo una parte de un problema que incluye las frustraciones que padecen las generaciones más jóvenes. En ciudades como San Petersburgo, la mayoría de los seropositivos han contraído el virus por intercambiar jeringas.

En una sala aparte, Towell presenta las fotografías de Suráfrica y Suazilandia; con 5,5 millones de portadores de VIH, Suráfrica es el país con el mayor número de personas infectadas en el mundo, mientras que Suazilandia tiene la tasa más alta de penetración del virus. Las estadísticas de este pequeño reino africano de sólo 17.363 kilómetros cuadrados provocan escozor: una de cada tres mujeres y uno de cada cuatro adultos tienen VIH. En Suráfrica, el país más rico del continente más pobre, el sida que ha documentado Towell habita en chabolas periféricas de tablas y cartón.

Las fotos del estadounidense McCurry desnudan casos representativos de la enfermedad que afecta a 132.628 vietnamitas. Si el consumo de heroína barata es la causa principal de contagio en Vietnam, en la India de Goldberg el sida se transmite por medio de las relaciones sexuales sin protección en los triángulos que componen los trabajadores del sexo, sus clientes y respectivas parejas. En Ruanda, un territorio devastado por la persecución étnica, Peress vincula el VIH con el drama de 224.000 huérfanos.

La directora del Fondo de Lucha contra el Sida ha afirmado que Vuelta a la vida da testimonio de una revolución silenciosa que devuelve la esperanza para una población que, hasta hace seis años, consideraba al VIH como una sentencia de muerte. "Una erosión en el financiamiento puede causar daños irreparables a esta iniciativa", ha advertido Evans a modo de prevención contra las temidas restricciones presupuestarias de los países que aportan al Fondo -España es el quinto contribuyente-. O, lo que es lo mismo, contra la tendencia a que, en nombre de la crisis, se quite a las vidas de los desvalidos la oportunidad de recuperarse antes de perderse irremediablemente.